domingo, 14 de agosto de 2016

La Creación. Génesis 1





REFLEXIONES


Llama la atención cómo Dios tarda 4 días en separar los elementos, 2 en la creación de la Tierra y 1 en descansar. Los días pueden ser espacios amplios de tiempo. El Universo se formó en lo que tal vez pudiéramos decir 4 días (el mayor intervalo de tiempo) en el que la Masa Primordial se fue separando y formando átomos (protones, neutrones, etc.) hasta llegar a los astros. En comparación, en poco tiempo se formó -por voluntad de Dios y por su intervención directa y, para después crear al Hombre- el Sistema Solar y el planeta Tierra.

La separación indica "orden" según notas de la Biblia de la Conferencia Episcopal. Dios crea el Universo de forma ordenada. Las composiciones, los movimientos, los fenómenos... siguen unas reglas para que el Hombre pueda inventar lenguajes -como las matemáticas, la física o la química- que pueda descubrirlas y formularlas. Con el pecado, la humanidad rompe el orden moral (quiere hacerse dueño del bien y del mal) del Universo, con lo que la Tierra queda "rota", dado que el fin para el que fue creada, es el beneficio y el goce de la humanidad.

El séptimo día de descanso indica el tiempo de reposo destinado a que el Hombre viva en la Tierra disfrutando de todo lo creado, y también para que éste dedique un día a la semana a honrar a Dios como su Creador y como Creador de todo el Universo y del Cielo y la Tierra.

La expresión: "Al principio creó Dios el cielo y la tierra" yo creo que no se refiere al firmamento sino al Cielo como morada de Dios y los Ángeles, y la Tierra como el lugar preparado para el Hombre y para que el Hombre disfrute. Más adelante, en los versículos del 6 al 8, el Señor creó el firmamento y "llamó Dios al firmamento, cielo" Gen 1, 8.

Son maravillosas las palabras del Gen 1, 2: "y el Espíritu de Dios se movía sobre las aguas" (traducción de la Biblia de la Familia). Hay que tener en cuenta que todavía no había separado Dios las aguas de "lo seco" (la tierra). Es preciosa la imagen que se forma en mi mente cuando lo leo: imagino al Espíritu de Dios revoloteando y flotando entre el magma primordial; todo un poema. El Espíritu Santo ya existía desde siempre y para siempre.

Se va repitiendo para cada día: "y así, de la tarde aquella y de la mañana siguiente, resultó el primer día"... Parece como si la HORA de cada día de la creación hubiese sido las 3 (hora en la que Jesús murió en la Cruz). Me gusta pensar que fue así.

La Biblia no es un libro con finalidad histórica. Se trata de la Palabra de Dios. A través de cada frase, Dios me habla, Dios te habla, Dios habla a la humanidad. El mensaje que Él nos da, debe ser traducido, debe ser interpretado por la Iglesia Católica para evitar errores, aunque a cada uno nos interpele de forma distinta como algo experimental.

En las frases: "hagamos al hombre a imagen y semejanza nuestra", "y los creó varón y hembra", se utiliza el plural "nuestra" porque Dios es uno y trino desde la eternidad, en la eternidad.

En la expresión "hagamos al hombre", la palabra "hombre" se refiere a la humanidad. Posteriormente dice: "los creó varón y hembra"; ambos, por tanto, con la misma dignidad y como imagen de Dios. Asombra, en este punto, que Moisés -pluma, por así decir, e instrumento de Dios que es el autor real de la Biblia y, por tanto, del Génesis- que vive en unos tiempos en los que la mujer está discriminada, y en los que los hombres tienen varias mujeres y concubinas además de ostentar el poder y la fuerza, utilice esta frase que dignifica en un mismo plano al hombre y a la mujer.

En los comienzos del Génesis ya se vislumbra la aprobación y la bendición de Dios con respecto al matrimonio y a la procreación. Así se muestra en la locución: "Y echóles Dios su bendición: creced y multiplicaos...".

LO QUE ME DICE A MÍ

Me dices, Señor, que te alabe y te bendiga en cada brizna de hierba, en cada piedra del camino, en cada elemento de la Creación; que vea tu imagen en mis semejantes y en mí misma; que no pare de invitar a tu Espíritu y de abrirle las puertas de mi corazón para que anide en el, porque tu eres mi origen, mi camino y mi destino.

Creo, Dios mío, que a través de este texto me dices que aprenda a sentir el viento cuando roza mi piel como criatura tuya hermana mía; que vea a los animales y a las plantas como hermanos de creación, así como los veía San Francisco de Asís cuando los llamaba "hermanos" ("hermano sol, hermana luna, hermano lobo..."); que lea con atención de niña y de alumna la Encíclica de tu enviado el Papa Francisco: "Laudato si" ("Alabado sea").

Que el orden y el paraíso que Tú creaste, Señor, solo se ha roto por culpa del pecado. Por culpa del pecado entró el desorden y el caos en el mundo. Que mi aversión a todo tipo de pecado sea siempre fuerte y profunda en mi corazón.

Que ese orden es el que permite a los científicos descubrir una pequeñísima parte de la esencia y del comportamiento de la Creación, así como establecer normas y escribir fórmulas para intentar comprenderla.

Que me soñaste con una misión para un fin maravilloso que yo tuerzo cada vez que quiero hacer mi voluntad y no la Tuya, cada vez que quiero seguir mis caminos en vez de los Tuyos.

ORACIÓN

¡Oh,  Dios mío! ¡Alabado seas en todas las cosas creadas! ¡Alabado seas en todos los seres creados!, en el firmamento, en las estrellas, en los abismos, en la luz y en la oscuridad. Grandes y poderosas son tus obras, impregnadas de tu infinita bondad.

Haz que te alabe siempre en tu creación. Haz que respete siempre tu creación. Haz que ame siempre tu creación y que me vea como imagen tuya...

Que nunca mancille esa imagen, que la ofrezca a los demás limpia y pura, para que mi prójimo vea tus Ojos en mis ojos, tus Manos en mis manos, tu Corazón en mi corazón...

Que los padres sean la imagen de Dios Padre y que nunca la manchen con el estiércol del egoísmo, y menos aún con el crimen del aborto.

Tú eres Creador y Señor de todas las cosas. Todas las creaste para mí y para mis semejantes. Gracias, Señor. ¡Alabado sea mi Señor, creador del Cielo y la Tierra!

POEMA

Cuando las tinieblas extendían su reino
en el abismo de un universo inexistente
y la sombra vagaba por doquier
buscando sustento inimaginado;

cuando el viento extendía los brazos
y no hallaba arena, ni ramas, ni cabellos;

cuando las bocas buscaban palabras
y no hallaban humedad, ni gargantas, ni sonidos;

cuando la luz buscaba su fuente
el fuego: la antorcha, su volcán;

cuando las cuatro fuerzas:
la fuerte, la débil, la electromagnética y la gravitatoria
no encontraban sus partículas, ni su distancia, ni sus leyes;

cuando el tiempo no hallaba su hora
ni su minuto

ni el electrón su ansiado espín;

cuando los pétalos se abrían
en busca de una flor, de un aroma, de un rayo de energía...

YHAVÉ EXTENDIÓ SUS PODEROSOS BRAZOS

AGITÓ CON SUAVE AMOR INNOMBRABLE
SU PORTENTOSA MANO...

Y SOPLÓ

....

Y entonces vibró en los alrededores el abismo,
surgió la inmensa masa en el ínfimo volumen
y una explosión de Amor
agitó el péndulo, las partículas y los astros.

Y LA LUZ SE HIZO
y el Espíritu de Dios se movía entre el fluido primordial.

Entonces, los pétalos encontraron el aroma,
el rocío, sus colores
las abejas rozaron el pólen
y la faz de la Tierra fructificó.

Barro y arena cobraron movimiento
y la Palabra se hizo carne
en la Plenitud de los Tiempos.

LSV 25 de Mayo de 2013

miércoles, 8 de abril de 2015

¿Por qué no entiendo la Biblia?


¡No sabemos leer la Biblia! El Señor quiere hablarnos a través de ella pero nosotros no se lo permitimos por nuestra soberbia. Me explico. Cuanto más queremos comprender, menos entendemos. Pero si nos ponemos en Sus Manos esperando a que Él nos dé un mensaje, nos diga algo, entonces el espíritu se abre y deja que la fina lluvia vaya calando y vaya regando su tierra reseca.

¡Qué frescura se siente cuando penetra!, cuando arranco la mala hierba de "mis propios razonamientos", cuando me interrogo y me pregunto ¿qué quiere el Señor decirme a través de este texto? Da igual el fragmento que elija. Sea el que sea, el Señor quiere decirme algo para que lo viva, lo sienta y lo lleve a la práctica hoy, en el día de hoy.

Y entonces... OCURRE EL MILAGRO, y resulta que el Señor tenía UN REGALO enorme para mí que venía ENVUELTO en las tapas de la Biblia, una Biblia que nunca supe leer porque era mi raciocinio, mi "yo" el que hablaba y no dejaba hablar a Dios.

"¡Qué atrevida es la ignorancia!" -solía decir el Padre Marbán-.Así de atrevida era mi lectura que, de prepotente, era ignorante, que no sabía que yo era la criatura y Él el Creador, y que Él podía elegir un lenguaje para hablarme que yo nunca podría desvelar desde mí, pero que sería claro como el día más luminoso desde Él, desde mi humildad.

¡Limpia mis ojos, Señor, lávalos, para que pueda leer con ellos tu Santa Palabra!

21 de Marzo de 2015.

sábado, 28 de marzo de 2015

¿Cómo leer los textos de la Biblia?


Más de una vez te has preguntado: ¿POR QUÉ NO ENTIENDO LA BIBLIA? ¿POR QUÉ NO ENTIENDO EL ANTIGUO TESTAMENTO?

Pues yo creo que precisamente por eso: porque quieres entenderlo.
Antes de nada, he de decirte algo: la Biblia es un texto cifrado. Es por eso por lo que cuando vas a leerla no entiende nada por más que te esfuerzas.

Pero no te preocupes: hay una clave, una llave escondida. Es difícil de encontrar. Una vez que la descubres, el texto se vuelve transparente como el agua cristalina, y logras ver en el fondo un tesoro de piedras preciosas.

Esa clave es muy importante: se llama humildad.

Nadie la encuentra porque todo el mundo la desprecia. Hasta su nombre les suena mal, soez, despreciable... Ese es el engaño. Además, el que cree buscarla no la encuentra nunca porque pretende que la puede adquirir en cualquier sitio y que es muy barata. Piensa que es el broche de los cobardes. ¡Qué equivocación!

Con esta actitud, pretende comprender este libro maravilloso y enigmático con una copia vulgar de esta llave que se fabricó él mismo.

Y ahí encontró, sin darse cuenta, en su propia acción, EL PECADO ORIGINAL. Sí. Creyó hallarse en condiciones de codearse con Dios y comió del árbol de la ciencia. Y como su interpretación del bien y del mal no coincidía con su propia lectura, nunca comprendió lo que allí se decía, y QUEDÓ EXPULSADO DEL PARAÍSO que encierra la PALABRA DE, nada más y nada menos, que DIOS, el TODOPODEROSO CREADOR, origen de todo y fin de todo. Simplemente se le olvidó que él es una criatura.

Pero con esa llave maestra, la "criaturita" accede a la inmensidad del EDÉN donde puede disfrutar de las más bellas y sabrosas frutas, y admirar los paisajes más sorprendentes e insospechados.

Encontrar esa llave no es nada fácil. Cuesta mucho sacrificio, pero el premio merece la pena. El camino que conduce hasta ella está lleno de obstáculos y alimañas contra las cuales es imposible luchar y, menos aún, vencer.

Mas no creas que esas alimañas son invencibles; tienen su propio talón de Aquiles: la Cruz de Jesucristo que lleva a la Resurrección. Esa es la única arma que puede vencer a esos bichos y a su madre, la bestia.

El arma tiene también una empuñadura: LA ORACIÓN.

Y, de repente, el Paraíso se abre de nuevo para el hombre perdido y despistado por el pecado original. Como a este hombre Dios lo creó libre, solo se le preguntará: ¿Quieres pasar a Mi Reino?

Ya, todo depende de su respuesta.



Por eso, yo te digo ahora: abre la Biblia y un arcoíris inmenso coronará el cielo esperando que pases bajo sus rayos.

Pon delante, en un sitio visible, mientras lees, una imagen del SAGRADO CORAZÓN DE MARÍA. Ella siempre guía nuestros pasos, vela por nosotros y plasta con su talón la cabeza de la serpiente. Ahora, si te sirve de algo, sigue los consejos que te apunto a continuación y que a mí, hasta ahora, me están dando resultado (o, al menos, eso creo):


  1. NO BUSQUES LA "INSPIRACIÓN" EN UN PÁRRAFO CONCRETO. CUALQUIER TEXTO BÍBLICO ENCIERRA LOS TESOROS DE LA SABIDURÍA Y LA PALABRA DE DIOS.
  2. Invoca al Espíritu Santo. Dile que te "sople" el mensaje que quiera darte y ten la humildad de añadir que si no desea comunicarte nada, lo aceptas igualmente como el mejor de los mensajes (a lo mejor también el "silencio de Dios" es un mensaje en sí mismo).
  3. Pídele la llave para abrir los secretos de LA HUMILDAD y el acatamiento a las enseñanzas de nuestra Santa Madre Iglesia Católica.
  4. Lee 3 veces un párrafo subrayando lo que te llame más la atención, buscando sus notas y tomando apuntes (que pueden ser una o varias palabras nada más) de los "entendimientos espirituales" que puedas estar sintiendo en esos momentos. Lee las notas a pie de página y busca las citas bíblicas que aparezcan ahí para que interiorices que la Palabra de Dios forma "un todo", "una unidad" que llega a su plenitud en Cristo.
  5. Reflexiona sobre lo que Dios te dice a ti a través de su Palabra en ese mismo momento y anótalo.
  6. Pide al Señor que te ayude a cumplir hoy lo que has apuntado, lo que te ha comunicado con Su Palabra. Dale las gracias y VÍVELA.
  7. Y si tienes alguna duda, no te olvides de comentarla con algún SACERDOTE. LA IGLESIA ES NUESTRA SANTA MADRE. NO OLVIDES EL MAGISTERIO DE LA IGLESIA CATÓLICA que Jesús fundó y a la que tanto ama.
VIVE LA ALEGRÍA DE SER HIJO DE DIOS ESCUCHANDO SU PALABRA QUE ESTÁ IMPRESA EN LA BIBLIA.

jueves, 26 de marzo de 2015

Ex 15, 22-27 En Mara se endulzan las aguas.



La expresión "amargura de las aguas" me recuerda a las palabras que le dice Jesús a Santa Faustina sobre "mi amarga pasión". Así mismo, uno de los rayos era el agua del costado de Cristo.

Encontraré mi oasis en el perdón, en las 70 palmeras de Elim que simbolizaban la totalidad de la confianza plena en el Señor (70 veces 7).

Señor: cuando sienta la amargura de tu ausencia, cuando camine "tres días en la soledad del desierto" ayúdame, no me abandones durante esos tres días de "ausencia" de Dios hasta tu manifestación el domingo de Resurrección. Tus discípulos también la sintieron en Jerusalem. Tu pueblo la sintió en el desierto.

Me dices que confíe en ti, que solo tú das la salud con el madero, con tu Cruz que, en realidad, es la mía que tú cargas en tu santo Hombro herido para convertir mi dolor, mi enfermedad, mi pecado con tu agua (como aquella de la que le hablaste a la Samaritana), en salud y en vida.

Sin MADERO, el agua es amarga, está envenenada. Con MADERO el agua es vida, es salud, me permite continuar el camino hasta el OASIS de tu Iglesia, tu oasis de las 12 palmeras, de las 12 tribus de Israel, de los 12 apóstoles; el oasis de tu Iglesia donde el PERDÓN es posible, donde la UNIDAD es posible, donde se hace posible que yo forme parte de ese TODO (70) que eres tú.

Siento que me dices que tengo que:


  • CONFIAR EN DIOS.
  • AGARRARME A MI CRUZ que es TU CRUZ SALVADORA.
  • BEBER DEL AGUA DE LA IGLESIA, DE LOS SACRAMENTOS.
  • NUNCA CRITICAR A TUS ENVIADOS, A TUS SACERDOTES (el pueblo criticaba a Moisés).
  • SABER QUE ME ESPERA UN OASIS. CUANDO CAMINE EN SOLEDAD POR EL DESIERTO DURANTE LOS 3 DÍAS DE TU AUSENCIA Y DE PRUEBA (Dios "probó" a su pueblo).
  • OBEDECER TUS MANDATOS Y OBSERVAR TUS PRECEPTOS, los mandamientos de la ley de Dios y los de la Santa Madre Iglesia.
  • Comprender que ELIM será para mí LA IGLESIA CATÓLICA. ELIM será para mí el cumplimiento de tus mandatos y la observancia de tus preceptos.

jueves, 13 de noviembre de 2014

La columna de nube y fuego. Ex 13, 17-22

Autor de la fotografía: Christian Hernandez
"No guió Dios a éste por el camino del país de los filisteos, aunque era el más corto (...) sino que los condujo rodeando por el camino del desierto".

A veces, Dios no nos lleva por el camino fácil y pronto, sino que NOS CONDUCE POR EL CAMINO DEL DESIERTO. Estos son "los caminos torcidos del Señor", "Los renglones torcidos de Dios" a través de los cuales podemos llegar a la Tierra Prometida. Sólo a través de esos caminos podemos llegar a la Ciudad Eterna. Nuestros caminos no son Sus caminos. No entendemos por qué hemos de atravesar ese desierto para llegar a la Tierra que mana leche y miel. Él lo sabe.

"Y los hijos de Israel salieron de la tierra de Egipto armados".

No podemos partir de cualquier modo, con lo puesto; hemos de SALIR, hemos de PARTIR ARMADOS con las armas que Dios nos da a través de Su Amada Iglesia Católica: los sacramentos, la oración y la penitencia. Estas tres armas nos hace FUERTES frente al enemigo en el desierto, donde nunca se sabe a qué nos tendremos que enfrentar, donde el futuro inmediato es incierto y amenazante, donde no podemos dormir porque el enemigo puede estar acechando y esperando el momento oportuno.

"Moisés, llevó también consigo los huesos de José".

No sólo partió con las armas, también llevó consigo los huesos de su antepasado. No podemos olvidar nuestras raíces cristianas, lo que nuestros padres nos enseñaron, lo que nos transmiten los santos. Ellos también nos acompañan en nuestro camino por el desierto. A ellos tenemos que honrar, acudir, pedir ayuda, pedir su intercesión y dejarnos guiar por su ejemplo.

"Dios os visitará".

¡Qué maravillosas palabras!: "Dios os visitará". Cuando el mundo nos oprime como los egipcios al pueblo de Dios, cuando todo se ve negro y estamos abatidos, José profetiza: "Dios os visitará", Dios vendrá a vuestro encuentro, Dios no os abandona a vuestra suerte...

"E iba el Señor delante para mostrarles el camino, de día en una columna de nube y por la noche en una columna de fuego, sirviéndoles de guía en el viaje, día y noche. Nunca faltó la columna de nube durante el día, ni la columna de fuego por la noche delante del pueblo.

Día y noche hay que caminar, cuando parece que se ve bien y cuando no se ve nada, cuando las cosas van bien y cuando van mal, cuando parece que vemos el camino y cuando parece que no lo vemos. El Señor va delante de Su pueblo, no lo abandona nunca. No hay que dejar de caminar hacia la Tierra Prometida, que no es el desierto (el camino, esta vida) pero tampoco es Egipto (la esclavitud del pecado).

¿Cómo caminar en la oscuridad? Con la luz de las Escrituras, de la oración, del magisterio de la Iglesia. Éstas conforman la columna a la que hay que aferrarse, porque el Señor viaja con nosotros a través de esa columna. Si no la perdemos de vista, no nos perderemos en el desierto de la vida, en el sinsentido de las cosas mundanas. ¡No hay que perder de vista al Señor! porque podemos morir en el desierto de nuestras enfermedades, nuestros problemas, las relaciones matrimoniales y familiares deterioradas...

El pueblo caminaba junto, no se separaba. Todos somos Iglesia y formamos parte del Cuerpo Místico de Cristo. Tal vez convendría que caminásemos en comunidades.

PROPÓSITO Y ORACIÓN:

¡Señor! Ayúdame a recordar siempre que Tú estás conmigo, que marchas conmigo por el desierto de la vida y que no me abandonas ni cuando las cosas me van bien ni cuando me van mal. No permitas que me duerma. ¡Despiértame! y guíame con tu columna de fuego en la noche. Dame fuerzas para continuar mi camino en vela, día y noche. Recuérdame que tengo la inestimable ayuda de Tu Iglesia, la que fundaste. Ella es mi columna, mi fuerza y mi baluarte porque Tú estás en Ella y a través de Ella me conduces hacia la Tierra Prometida por el camino del desierto, de las dificultades, de los problemas, de las enfermedades, de la tristeza...

Pediré la intercesión de los santos, de los profetas, de los mártires... e intentaré no desperdiciar el legado que me brindaron. Pero sólo con Tu ayuda, Señor. Sola no puedo nada, me pierdo. Tu pueblo viajaba junto. Haz que nunca me separe de Tu Iglesia y que sepa caminar junto con mis hermanos.

¡Señor: ven en mi ayuda! ¡Visítame! ¡No me abandones! Dame perseverancia para partir con las armas de la oración, la penitencia y los sacramentos que Tú, en un alarde de infinita misericordia, has puesto en mis manos. No lo entendía, pero la penitencia también ne hace fuerte. Robustece mis manos para que pueda aguantar tan poderosa arma.

sábado, 23 de febrero de 2013

Entendimientos espirituales

Decía Pascal que hay razones del corazón que la razón no entiende, pero yo he llegado a experimentar que hay entendimientos espirituales que se escapan al raciocinio.

viernes, 5 de octubre de 2012

El discípulo que apoyó la cabeza en el Pecho de Jesús

Las tres figuras que más "envidio" del Evangelio son la del Cireneo, la del Buen Ladrón y la de el discípulo que apoyaba la cabeza en el Pecho de Jesús durante la Última Cena.

Según el libro de Benedicto XVI "Jesús de Nazaret" ese discípulo era Juan el Cebedeo, el que Jesús tanto amaba.

También es probable que la casa donde se celebró La Última Cena fuese de Juan. Él fue quien acompañó a Pedro hasta el Sanedrín porque tenía contactos y les dejaron entrar hasta el lugar donde estaban juzgando a Jesús. Los estudios apuntan a que pudo pertenecer al grupo de sacerdotes judíos aunque conservara su trabajo en Galilea. Tenía una casa en Jerusalén y allí decidieron celebrar la Cena de Pascua. En aquella época, el anfitrión se sentaba a la derecha del invitado y apoyaba la cabeza en su pecho.

Esto me ha desanimado un poco, porque yo pensaba que este gesto era solamente la manifestación de un amor profundo por el Maestro. Pero esta costumbre no borra el sentimiento: Juan era el discípulo que Jesús tanto amaba; de hecho fue el único apóstol que permaneció al pie de la Cruz, y testigo ocular y fidedigno del brote de Sangre y Agua del Costado de Jesús al ser atravesado por la lanza.

Así que sigue siendo "envidia" -de la buena- y admiración lo que siento hacia Juan el Cebedeo. Su Evangelio fue probablemente transmitido por un Presbítero llamado también Juan, que pudo conocer personalmente a Jesús. Fue la autoridad suprema de la Escuela Joánica y estuvo en estrecha unión con Juan el Cebedeo (el Evangelista).